Para muchas latinoamericanas, la telenovela brasileña «El Clon» es un referente de la danza árabe. Sin embargo, pocas sabemos quién fue la creadora de los inolvidables bailes de Jade: Claudia Cenci, una bailarina profesional de danza árabe originaria de São Paulo que actualmente reside en Egipto.

En 2001 el director Jayme Monjardim invitó a Claudia Cenci para preparar el elenco de la telenovela brasileña El Clon. Además de encargarse de las coreografías, Claudia asesoró a algunas de las actrices participantes, como Giovanna Antonelli (Jade), Leticia Sabatella (Latiffa) y Eliane Giardini (Nazira), entre otros.

También seleccionó a las bailarinas brasileñas que participaron con segmentos de danza en la telenovela e hizo el papel de Aisha, un personaje de una bailarina que apareció en la segunda parte de la serie.

La telenovela original, de Glória Perez y producida por la cadena de televisión Globo, fue transmitida en Brasil de octubre de 2001 a junio de 2002, y desde entonces ha sido exportada a más de 90 países, además de que otras cadenas de televisión, como Telemundo, han hecho su propia versión.

Claudia describe a esta parte de su carrera como una fabulosa y enriquecedora oportunidad pero también muy desgastante, ya que era como «organizar un festival de alumnas todos los días».

Sin embargo, su participación en «El Clon» no es el único logro profesional de Claudia Cenci. Periodista de profesión, se dedica a la danza árabe desde hace más de 20 años, aunque también estudió teatro, odissi, flamenco, pilates y yoga.

De acuerdo con una entrevista en portugués publicada por el Portal Do Egito, a principios de los años 90, Claudia tenía una escuela de gimnasia femenina y jazz en el barrio de Itaim Bibi, en São Paulo. Fue así como conoció a la bailarina Yasmin Namu, que le propuso dar clases de danza árabe en su escuela, y Claudia se convirtió en su alumna. Luego, cuando Yasmin se embarazó, la sustituyó Samira, con quien estableció una estrecha relación.

Posteriormente Claudia empezó a estudiar la danza del vientre por cuenta propia, con videos de bailarinas que compraba en la tienda de Tony Mouzayek, y con Omar Naboulsi, ya que en esa época aún no existía YouTube. Asimismo, tomó clases de derbake con Gege Mouzayek y de crótalos con Samir Mouzayek, a quien considera su padrino en el mundo de la danza profesional.

Más adelante tomó talleres con Samara, Shokry, Camélia, Raqia Hasan, Zaza Hassan, Mo Geddawi, Tamalin Dallah, Soraya Zaied, Orit, Yousri Sharif y varios profesores del Festival de Invierno de Raqia Hassan en Egipto.

Su primera presentación como bailarina profesional fue a los 26 años aproximadamente, en el Club Homs, ubicado en la Avenida Paulista de São Paulo, en donde bailó los fines de semana durante varios años.

Hasta la fecha, Claudia recuerda esa época con nostalgia y cariño, ya que disfrutaba enormemente bailar con músicos en vivo, además de que, como ella misma dice, la «noche árabe fue su escuela».

En Brasil, Claudia publicó en 2001 un libro sobre la danza árabe: «A dança da libertaçao”, una investigación que le llevó 5 años. De la editorial Vitória Régia, el libro habla sobre los movimientos practicados en esta danza, sus distintas modalidades y la milenaria historia de este arte.

Después de trabajar en la telenovela, Claudia decidió cambiar de aires y en 2002 se mudó a Madrid junto con Luciano Galiani, guitarrista flamenco, con quien estuvo casada por 10 años.

Tan pronto llegó a España le surgió la oportunidad de bailar en la tetería de los baños árabes Al Andalus, en la calle de Atocha en Madrid. Más adelante, fundó su propia escuela, en la calle de Viriato 29, que llegó a formar hasta 250 alumnas por año, de todos los niveles, desde principiante hasta profesional.

Claudia, con quien tuve el honor de estudiar durante unos meses en la época en que viví en Madrid, es una profesora sumamente paciente, trabajadora y positiva. Se preocupa por enseñar bien la técnica a sus alumnas, pero sin asfixiar su sello propio. Muchas veces en clase me quedaba embobada viéndola, cuando se encendía la «diosa» en ella era imposible no quedar atrapada por sus hechizantes movimientos, llenos de gracia. Cada año organizaba festivales de alumnas en la Sala Galileo de Madrid.

En 2007, Claudia Cenci ganó el primer lugar en el certamen de bailarinas profesionales de «Teacher’s Winter Course of Cairo”, organizado por Raqia Hassan.

Y es que su danza es pausada, elegante y cuidada hasta el último detalle. Asimismo, Claudia presta especial atención a comprender la letra en árabe de las canciones que interpreta, ya que así puede dar a su danza la expresividad correcta.

En 2010 creó junto con Luciano un musical flamenco-árabe llamado «Mujeres de Arena» en el que participaba su compañía de bailarinas Al Banat, conformada por algunas de sus mejores alumnas, como Mouna Lavin, Cristina González, Isabel Marinas, Miriam Pardo, Beatriz Hayal, Merche Moreno y Salma Sarrouf.

A principios de 2011 Claudia se mudó a Sharm al Shaikh, Egipto. Desde allí, inspirada por el mar Rojo y el desierto del Sinaí, confecciona a mano trajes para belly dance. Se trata de piezas especiales con telas y adornos comprados en distintas partes de Oriente Medio que vende por internet a través de su boutique Belly Chic http://claudiacenci.blogspot.mx/.

En el portal, también se puede comprar una colección de videos de enseñanza de la danza árabe: 

Como exponente de la técnica clásica egipcia, sus bailarinas favoritas son Suhair Zaki y Fifi Abdo. Una de sus canciones favoritas es «Leilet Hob», de Um Kulthum.

Claudia Cenci, con quien tuve la fortuna de viajar a El Cairo para tomar clases junto con su grupo de alumnas en 2010, continúa siendo una gran inspiración para mí. Fue en ese viaje que me enseñó que para una bailarina de danza árabe, lo importante no es solo el baile, sino el entretenimiento que genera: sacar una fiesta de la nada. Si quieres leer la reseña completa de ese viaje, haz click aquí .

Cuando le pregunté cuáles eran las mayores satisfacciones que hasta el momento le había dejado la danza me dijo: «alegrar la vida de las personas cuando bailo para ellas, ayudar a mis alumnas a quererse más y aumentar su autoestima, divulgar el arte de la danza del vientre para que se haga respetar venciendo prejuicios, hacer que mis alumnas sean amigas verdaderas y que formen un grupo social alrededor de la danza».

Con respecto a lo que siente al bailar, dice: «me hace sentir viva, en mi camino, en el ejercicio pleno de mi misión en la tierra».

Una de sus frases más famosas (y sabias) es: «El universo de la danza del vientre es infinito. No pierdas tiempo criticando a las estrellas, sé una de ellas«. Para mí, ella es mucho más que una estrella. Por sus logros, su estilo elegante y, sobre todo, su amor por este arte, yo la considero una diosa contemporánea de la danza árabe.

Es por ello que, como un tributo a todo lo que me enseñó, le dedico estas palabras. Con todo mi cariño y admiración, Claudia.

Para recordar: «Pense grande. Não economize nos seus projetos. A vida nos dá o que nós pedimos.  Para chegar lá, é importante disciplina e determinação. Não pense que as coisas acontecem da noite para o dia. Uma carreira se constrói, não surge em uma passe de mágica. Estude muito, seja forte, não desista jamais. O mundo pertence às pessoas de fibra«. -Claudia Cenci