Por Farah Rafik. Para leer el artículo original en inglés: https://egyptianstreets.com/2022/05/21/badia-masabani-the-force-behind-modern-belly-dance-in-egypt

Con el corazón en la danza y el alma en el arte, Badia Masabani fue pionera en la danza del vientre moderna en Egipto. En El Cairo de la década de 1920, los salones de baile y los escenarios vieron florecer a Masabani, la actriz, cantante y bailarina conocida como la «madrina» de la danza oriental. Masabani nació en Siria en 1894, pero se mudó al cosmopolita Cairo a principios de la década de1900 La bulliciosa capital abrió sus brazos a Masabani, permitiéndole actuar, cantar, bailar y perfeccionar varios instrumentos.
En 1926, Masabani inauguró su famoso Casino Badia en la calle Emad el-Din, donde fue pionera en herramientas de danza teatral como coreografías grupales, accesorios que amplían el movimiento, el uso deliberado del espacio en el escenario y muchos más elementos del entretenimiento moderno.
La sala de Masbani, que se traduce de la palabra italiana para «sala» para describir salas de espectáculos, ofrecía una variedad de entretenimiento como canto, baile y, en ocasiones, fragmentos de comedia y actos de magia. Ella se inspiró en los cabarets europeos para atraer tanto a los egipcios de clase alta como al público europeo que visitaba Egipto.

“Contrató a cantantes famosos y a los músicos más eminentes para que trabajaran en su sala, y cantó las canciones más encantadoras con hermosas melodías, así como taqtuqas de Egipto y Siria, y bailó una danza oriental con ropa impresionante que ella misma importó de París. ” escribió Raphael Cormack en su libro Midnight in Cairo: The Divas of Egypt’s Roaring ’20s.
Sus ideas visionarias la llevaron a cambiar el formato de la danza, que: pasó de bailarse en solitario en lugares pequeños a bailes grupales en grandes escenarios como se hace en Europa.
“La simple genialidad de la sala de Badia fue crear un híbrido de estos dos lugares. Para los amantes de la música y el baile árabes, ofrecía una salida nocturna sofisticada, no un remanente sórdido del pasado. Para los aficionados del cabaret europeo, les hizo ver un espectáculo diferente con un toque extraño y “exótico”, destacó Cormack.
Masabani reemplazó al pequeño grupo de músicos que antes acompañaba los bailes con orquestas elaboradas, y se cree que dichas orquestas elevaron el desarrollo de los bailes con su música compleja y en capas.
Introdujo nuevos gestos fluidos en los bailes, conocidos popularmente como brazos de serpiente, enseñó a las bailarinas cómo usar los brazos y cómo moverse en el escenario.
Empresaria adelantada a su tiempo, Masabani se convirtió en una de las mujeres más exitosas de El Cairo. Fue excepcional en el sentido de que tuvo el control financiero total de su propio negocio, una hazaña lograda por un número minúsculo de mujeres en ese momento.
Durante la década de 1930, Masabani impulsó a muchas estrellas en ascenso, entre ellas cantantes y compositores como Mohamed Abdel Wahab, Farid el Atrache, Mohamed Abdel Mottaleb y Mohamed Fawzi. También fue fuente de inspiración para algunas de las bailarinas más emblemáticas de Egipto, como Tahiya Karioka, Samia Gamal, Naima Akef y Beba Ezzedine.
“Después de la década de 1930, Badia se mantuvo firme en su reputación como la reina de la vida nocturna de El Cairo. Hizo una pequeña fortuna y lanzó una nueva generación de cantantes y bailarines”, explicó Cormack.
Masabani transgredió los roles de género tradicionales al tener control sobre su dinero y negocios, reclamando la independencia financiera en un momento en que esto no era común: dominaba los salones de baile con su presencia, y su huella evidentemente queda en aquellos que han tenido la oportunidad de aprender de ella.