La saudinización de Egipto

(Artículo publicado por Hossam Aboul Magd el 20 de junio de 2008 en abcnews)

Era casi media noche en un hotel de cinco estrellas con vista al Nilo, pero la noche estaba lejos de acabarse.

Había ruido en el vestíbulo por una boda. La novia llevaba velo y también la mayoría de las invitadas, señal de que era una celebración de una familia conservadora.

Luego, una mujer alta y atractiva, de unos 40 años, que llevaba un vestido negro hasta el muslo y revelaba más de lo que cubría, entró en el vestíbulo, robando la atención de todos.

Era Dina, la mejor bailarina del vientre de Egipto y posiblemente la última egipcia en el negocio.

«Me visto así para recordarme que todavía puedo ser una mujer», dijo Dina con un acento estadounidense en un inglés fluido. «En algún momento solía taparme más, [pero] la sociedad egipcia cambió».

Dina, quien recientemente fue duramente criticada por los líderes de la Hermandad Musulmana por bailar enfrente de estudiantes en una graduación de preparatoria, explicó que existe una relación de amor-odio entre la sociedad egipcia y la danza del vientre.

«Les encanta, pero no quieren asociarse con bailarinas del vientre, es por eso que hoy no puedes encontrar bailarinas egipcias más que yo».

La mayoría de las canciones interpretadas en la boda fueron producidas por empresas de Arabia Saudita, lo cual contradice la imagen conservadora y religiosa del rico Reino del Golfo.

Arabia Saudita no tiene cines y el canto se considera un pecado, pero los tres canales de entretenimiento más grandes del mundo árabe son propiedad saudí. En su mayoría son inversiones de la familia real saudí.

La cadena de TV y disquera Rotana es propiedad del príncipe Al Walid bin Talal, y produce canciones para los mejores cantantes de Egipto y el mundo árabe. De hecho, empresas saudíes compraron los derechos de miles de películas egipcias. La presencia saudí en los medios egipcios es patente.

«Algunas empresas de producción saudíes cometen genocidio en contra de los artistas egipcios, mientras que otros enriquecen a los medios egipcios», dijo Dina. «En el pasado las canciones eran en dialecto egipcio; actualmente es indispensable cantar en acento del Golfo para complacer a esas empresas».

Khaled Montasser, quien escribió varios artículos en el diario egipcio independiente Sawt El Ummah criticando la influencia saudí en las películas egipcias, lo explica como un «intento de saudinizar el espíritu y la sociedad egipcia».

Montasser dice que Arabia Saudita y los estados ricos del Golfo están intentando imponer sus normas y valores en la cultura egipcia produciendo lo que se conoce como el «cine limpio». En este tipo de cine un actor nunca debe estar a solas con una actriz en una escena, algo que es considerado un delito en Arabia Saudita y podría hacer que el hombre y la mujer sean castigados en público con latigazos.

El director de cine Mohamed Mostafa dijo a ABC News que las productoras financiadas por Arabia Saudita tienden a producir películas que critican a Egipto.

«La película ‘El Edificio Yakoubian’ [de 2006] tuvo el objetivo de mostrar el lado malo de la revolución de 1952, y nos hizo sentir como si Egipto fuera un desastre», dijo Mostafa. «Sí, hay serios problemas sociales, pero Egipto sigue siendo el país árabe líder, algo que a la Arabia Saudita wahabista no le gusta».

Aunque algunos en la industria cinematográfica dicen que las empresas saudíes tienen sus propias agendas sociales y religiosas ocultas, otros como el crítico de cine Samir Farid creen que es simplemente negocio. Según Farid, la sociedad egipcia se volvió más fundamentalista y «lista para la saudinización» mucho antes de la inversión saudí en los medios.

FILE- In this Monday, June 1, 2009 file photo, veiled Egyptian students wearing the face-covering veil, known as the niqab, walk in Cairo, Egypt. An Egyptian daily reportED mONDAY oCT 5 2009 that the country’s top Muslim cleric is planning to ban female students from wearing the face veil from schools run by al-Azhar, Sunni Islam’s most prestigious institute of learning. (AP Photo/Amr Nabil, file)

Millones de egipcios trabajan y viven en Arabia Saudita, y un elevado porcentaje de ellos han adoptado la forma saudí de vivir, tanto social como religiosamente, cuando regresan a Egipto.

En las calles de El Cairo hay mujeres que llevan el niqab (un velo completo que cubre su rostro), pero las cosas no eran así hace 15 años.

«Algunos egipcios creen que Arabia Saudita es rica porque es un país religioso», dijo Montasser.

El Reino, estrictamente conservador, se hace de la vista gorda con los actos pecaminosos que cometen sus ciudadanos siempre y cuando los cometan fuera de su tierra sagrada.

«Los saudíes son los que más vienen a mi show», dijo Dina, antes de agregar: «pero ya no hay bailarinas egipcias porque la palabra bailarina se ha vuelto tabú».

 

Acerca de Giselle Habibi

Autora del libro Danza Oriental en Egipto, periodista, traductora, músico, bailarina y profesora de danzas del mundo árabe.
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