Israel y Arabia Saudita buscan aliarse contra Irán

(Para leer la versión original en inglés de este editorial: Eli Lake)

saudisrael

Desde principios de 2014, representantes de Israel y Arabia Saudita se han reunido en secreto en cinco ocasiones para hablar de un enemigo común: Irán. El 4 de junio de 2015 los dos países «salieron del closet» al revelar esta diplomacia secreta en el Consejo de Relaciones Exteriores en Washington.

Para los que saben de Oriente Medio, era un secreto a voces que Israel y Arabia Saudita tienen el interés común de frustrar los planes de Irán. Pero no fue sino hasta esa fecha quelo reconocieron oficialmente por primera vez. Arabia Saudita sigue sin reconocer el derecho de Israel a existir. Israel aún no acepta una propuesta de paz de los saudíes para crear un Estado palestino.

No fue un evento típico de un think-tank. No se aceptaron preguntas de la audiencia. Después de la presentación hubo un discurso en árabe de Anwar Majed Eshki, un general saudita retirado y ex asesor del príncipe Bandar bin Sultan,  ex embajador de Arabia Saudita en Estados Unidos. Después Dore Gold, ex embajador de Israel ante las Naciones Unidas que está destinado a convertirse en el próximo director general del ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, dio un discurso en inglés.

Aunque ambos representan a países que han sido enemigos históricos, su mensaje fue idéntico: Irán está tratando de tomar el control de Oriente Medio y debe ser detenido.

Eshki fue particularmente alarmante. Expuso una breve historia de Irán desde la revolución de 1979, destacando los atentados terroristas, la toma de rehenes y las agresiones del régimen. Terminó su discurso con un plan de siete puntos para Oriente Medio que incluye lograr la paz entre Israel y los árabes, el cambio de régimen en Irán, una mayor unidad árabe, el establecimiento de una fuerza militar regional árabe y un llamado a la creación de un Kurdistán independiente que incluya parte del territorio que hoy pertenece a Iraq, Turquía e Irán.

El discurso de Gold fue un poco menos grandioso. También advirtió acerca de las ambiciones regionales de Irán, pero no hizo un llamado a derrocar al gobierno de Teherán. «El que estemos en este escenario hoy no significa que hayamos resuelto las diferencias que han existido entre nuestros países en los últimos años», dijo sobre el acercamiento con Arabia Saudita. «Pero tenemos la esperanza de poder abordarlas plenamente en los próximos años.»

No es coincidencia que las reuniones entre Gold, Eshki y otros ex funcionarios de ambas partes hayan tenido lugar a la sombra de las conversaciones nucleares entre Irán, Estados Unidos y otras potencias. Arabia Saudita e Israel son sin duda los dos países más amenazados por el programa nuclear de Irán; sin embargo, ninguno de ellos participa en las negociaciones que se tiene previsto concluyan a finales de mes.

Las cinco reuniones bilaterales en los últimos 17 meses se celebraron en India, Italia y la República Checa. Uno de los participantes, Shimon Shapira, un general israelí retirado y experto en el grupo militante libanés Hezbollah, me dijo: «Hemos descubierto que tenemos los mismos problemas y los mismos desafíos y algunas de las mismas respuestas.» Shapira describió el problema como las actividades de Irán en la región, y dijo que ambas partes debatieron formas políticas y económicas para debilitarlas, pero no dio más detalles.

Eshki me dijo que ninguna cooperación real sería posible hasta que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, aceptara lo que se conoce como la Iniciativa de Paz Árabe para poner fin al conflicto palestino-israelí. El plan fue compartido por primera vez con el columnista del New York Times Tom Friedman en 2002 por el difunto Rey Abdullah de Arabia Saudita, entonces príncipe heredero del reino.

Las relaciones discretas de Israel con los estados árabes del Golfo se remontan a la década de 1990 y el Proceso de Paz de Oslo. En ese entonces, algunos países árabes como Qatar permitieron a Israel abrir misiones comerciales. Otros permitieron la presencia de la inteligencia israelí en lugares como Abu Dhabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos.

Estos lazos se centraron cada vez más en Irán durante la última década, como lo demuestran los documentos publicados por WikiLeaks en 2010. Un cable del 19 de marzo de 2009 citaba al entonces subdirector general del ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, Yacov Hadas, diciendo que una de las razones del cambio en las relaciones era que los árabes sentían que Israel podría avanzar sus intereses vis-a-vis Irán en Washington.

«Los árabes del Golfo creen en el papel de Israel debido a su percepción sobre la estrecha relación de Israel con Estados Unidos y también porque sienten que pueden contar con Israel en contra de Irán», decía el cable.

Sólo ahora la cooperación abierta entre Arabia Saudita e Israel se volvió posible. Para Gold, representa un cambio radical. En 2003 publicó el libro «Hatred’s Kingdom» (el Reino de odio», sobre el papel de Arabia Saudita en el financiamiento del terrorismo y el extremismo islámico. El jueves explicó que escribió ese libro «en la cúspide de la segunda intifada, cuando Arabia Saudita financiaba y recaudaba fondos para que mataran a israelíes.» Actualmente, dijo Gold, es Irán el que está trabajando principalmente con los grupos palestinos que siguen optando por el terrorismo.

Gold dijo que Irán está equipando a grupos como Hezbolá en Líbano con misiles de precisión, en lugar de los cohetes no guiados que ha proporcionado tradicionalmente a sus aliados en Líbano. También dijo que las fuerzas de la Guardia Revolucionaria de Irán que apuntalan el régimen de Bashar al-Assad están cerca de la frontera entre Israel y Siria.

Hace unos años era Israel el que hacía sonar la alarma sobre el expansionismo iraní en Oriente Medio, así que es significativo que ahora Arabia Saudita se haya unido a Israel en esta campaña, pese a haber deseado su destrucción desde 1948.

Las dos naciones temen que los esfuerzos del presidente Barack Obama por hacer la paz con Irán le den valor para agredirlos. No está claro si Obama logrará su acuerdo nuclear. Pero de cualquier manera, quizá su mayor logro diplomático termine siendo que su acercamiento con Irán contribuyó a crear las condiciones para una alianza saudí-israelí en contra de Irán.

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*Eli Lake es columnista de Bloomberg View que escribe sobre política y relaciones exteriores. Fue corresponsal sénior de seguridad nacional de Daily Beast. También cubrió seguridad nacional e inteligencia para los diarios Washington Times y New York Sun y la agencia UPI y fue colaborador de New Republic. En 2005 y 2006, Lake vivió en El Cairo como corresponsal de New York Sun.

 

Acerca de Giselle Habibi

Autora del libro Danza Oriental en Egipto, periodista, traductora, músico, bailarina y profesora de danzas del mundo árabe.
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