Fuente: http://www.franckgoddio.org
Franck Goddio, pionero de la arqueología marítima moderna, ha dedicado varios años de su carrera a compartir con el mundo maravillas del antiguo Egipto sepultadas en el fondo del mar: edificios, esculturas y restos de ciudades como Alejandría, Heraclión y Canopus.
Goddio es nieto de Eric de Bischop, navegador, inventor del catamarán moderno y especialista en rutas de navegación de la antigüedad en el Pacifico Sur. A pesar de que se graduó de la Escuela Nacional de Estadística y Administración Económica en París, y trabajó un tiempo como asesor económico y financiero, a principios de los años 80 decidió dedicarse por completo a su pasión: la arqueología marítima. Para ello, fundó el Instituto Europeo de Arqueología Submarina (IEASM) http://www.ieasm.org/, que dirige actualmente.
Goddio, que nació en Marruecos pero de nacionalidad francesa, ha iniciado y dirigido varias excavaciones de naufragios, incluso siete del siglo XI al XVI, dos galeones españoles y dos embarcaciones comerciales de la British East India Company.
Sin embargo, su proyecto más ambicioso se lleva a cabo desde 1992 frente a las costas de Egipto, en el antiguo puerto oriental de Alejandría y en la bahía de Abukir (30 km al este de Alejandría), en colaboración con el Consejo Supremo Egipcio de Antigüedades.
Encuentro con una esfinge hecha de granito negro. Se cree que el rostro de la esfinge representa a Ptolomeo XII, padre de la famosa Cleopatra VII. La esfinge fue encontrada durante las excavaciones en el antiguo puerto de Alejandría.©Franck Goddio/Hilti Foundation, foto: Jérôme Delafosse.
En sus exploraciones marítimas descubrió en el año 2000 la antigua ciudad de Heraclión y partes de la ciudad de Canopus, que se cree que se hundieron debido a fenómenos naturales como una elevación del nivel del mar y la licuefacción del terreno. Este fenómeno puede ser desencadenado por una gran presión sobre el suelo con un elevado contenido de arcilla y agua. La presión ejercida por grandes edificios, junto con un sobrepeso debido a una marea inusualmente alta o una gran ola, puede comprimir drásticamente el suelo y hacer necesaria la expulsión de agua contenida dentro de la estructura de la arcilla.
Así, la arcilla pierde volumen rápidamente, provocando un hundimiento repentino. Un terremoto también puede provocar un fenómeno así. Estos factores, juntos o de manera independiente, podrían explicar el hundimiento de Portus Magnus, Thonis-Heraclión y Canopus. Es por ello que para la segunda mitad del siglo VIII, muchos de los majestuosos edificios de Portus Magnus habían desparecido en las aguas del Mediterráneo.
ALEJANDRÍA
Alejandría fue una de las ciudades más grandes e impresionantes de la antigüedad. Fundada por Alejandro Magno en el 331 aC, la arquitectura y la cultura de la misma Roma se vieron ensombrecidos por la ciudad egipcia. Palacios y templos dominaban el horizonte. La belleza de esta capital política, religiosa, cultural y científica despertaba la admiración de los visitantes, como el geógrafo griego Estrabón. La ciudad tenía más de 100.000 habitantes poco después de su fundación. Su faro, de 130 metros de altura, fue una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.
Franck Goddio y su equipo con una estatua colosal de granito rojo (5.4 metros) que representa al dios Hapi que decoraba el templo de Heraclión. Nunca antes se había descubierto una figura tan grande del dios de las inundaciones del Nilo y símbolo de la abundancia y fertilidad, lo cual refleja su importancia para la región canópica. ©Franck Goddio/Hilti Foundation. foto: Christoph Gerigk
Alejandría también era famosa por su enorme biblioteca con cerca de medio millón de rollos de papiro. Partes del barrio real de la ciudad, con sus templos, palacios, jardines reales y estructuras portuarias se encontraban en el puerto oriental, llamado Portus Magnus. Julio César, Marco Antonio y la famosa Cleopatra vivieron en algún momento en Portus Magnus, en la isla de Antirhodos y la península Poseidium.
Debido a una combinación de fenómenos naturales, incluyendo una serie de terremotos y maremotos, Portus Magnus y partes de la antigua línea costera de la ciudad se hundieron en el mar. Y durante más de 1200 años, templos, edificios, palacios, estatuas, cerámicas, monedas, joyas y objetos de la vida diaria se mantuvieron intactos en el fondo del mar, cubiertos por gruesas capas de arena y sedimentos, hasta que Goddio los encontró y documentó.
HERACLIÓN
Thonis-Heraclión (los nombres egipcio y griego de la ciudad, respectivamente) es una ciudad perdida entre la leyenda y la realidad. Antes de la fundación de Alejandría en el año 331 a.C., la ciudad conoció tiempos gloriosos como el puerto obligado de entrada a Egipto para todos los buques procedentes del mundo griego. También tenía una importancia religiosa, porque el templo de Amón desempeñaba un papel importante en los ritos asociados a la continuidad dinástica. La ciudad fue fundada probablemente en el siglo VIII antes de Cristo, sufrió diversas catástrofes naturales y finalmente se hundió por completo en las profundidades del Mediterráneo en el siglo VIII d.C.
Franck Goddio con la estela intacta de Heraclión (1.90 m). Fue encargada por Nectanebo I (378-362 a.C.) y es casi idéntica a la estela Naukratis resguardada en el Museo Egipcio en Cairo. ©Franck Goddio/Hilti Foundation, foto: Christoph Gerigk.
Antes de su descubrimiento en 2000 por el IEASM, no se había encontrado rastro alguno de Thonis-Heraclion. Su nombre fue casi arrasado de la memoria de la humanidad y sólo se conservaba en textos clásicos antiguos e inscripciones encontradas por los arqueólogos. El historiador griego Herodoto (siglo V aC) hablaba de un gran templo que fue construido donde el famoso héroe Heracles pisó por primera vez Egipto. También reportó la visita de Elena a Heraclión con su amante en París antes de la guerra de Troya. Más de cuatro siglos después de la visita de Herodoto a Egipto, el geógrafo Estrabón señaló que la ciudad de Heraclión, sede del templo de Hércules, se encontraba directamente al este de Canopus, en la desembocadura canópica del río Nilo.
Franck Goddio ha descubierto información importante sobre los antiguos monumentos de Thonis-Heraclión, como el gran templo de Amón y su hijo Khonsou (Heracles para los griegos), los puertos que alguna vez controlaron todo el comercio en Egipto, y la vida cotidiana de sus habitantes. También resolvió un enigma histórico que desconcertó a los egiptólogos lo largo de los años: el material arqueológico reveló que Heraclión y Thonis eran en realidad una misma ciudad con dos nombres: Heraclión es el nombre de la ciudad para los griegos y Thonis para los egipcios.
Los objetos recuperados en las excavaciones muestran la belleza y gloria de sus ciudades, la magnificencia de sus grandes templos y la abundante evidencia histórica: colosales estatuas, inscripciones y elementos arquitectónicos, joyas y monedas, objetos rituales y cerámica, todos ellos restos de una civilización congelada en el tiempo.
La cantidad y calidad del material arqueológico recuperado de Thonis-Heraclión muestra que la ciudad alcanzó su cúspide entre el siglo VI y IV antes de Cristo. El puerto de Thonis-Heraclión tenía numerosas cuencas grandes y funcionaba como un centro de comercio internacional. La intensa actividad en el puerto fomentó la prosperidad de la ciudad. Más de setecientas anclas antiguas de diversas formas y más de 60 naufragios que datan del siglo VI al II a.C. son otro testimonio elocuente de la intensa actividad marítima que alguna vez se desarrolló en este lugar.
CANOPUS
La antigua ciudad de Canopus fue mencionada en numerosas ocasiones por los autores clásicos y los padres de la iglesia. La mención más antigua de Canopus se encuentra en un poema de Solón, de la primera mitad del siglo VI antes de Cristo. Según el poeta Nicandro (siglo II aC), Canopus, timonel del rey Menelao, murió aquí, mordido por una víbora en las arenas de Thonis. Esa es la razón por la que la ciudad lleva el nombre de este desafortunado marinero. Durante las últimas dinastías faraónicas y el período ptolemaico, Canopus era famosa por sus santuarios de Osiris y Serapis, que eran visitados por peregrinos de todo el mundo en busca de una curación milagrosa.
El dios Osiris fue llevado del gran santuario de Heracles en Heraclión a su barca para llegar a su santuario en Canopus. Esta procesión creó un lazo místico entre las dos ciudades aledañas. Durante la época romana, Canopus fue condenada en la literatura por sus fiestas extravagantes, que atraían a muchos visitantes. Con el propósito de mantener vivo el recuerdo de los buenos tiempos que disfrutaba en Canopus, el emperador Adriano incluso mandó a construir una réplica de parte de Canopus en Villa Adriana, a las afueras de Roma. Tras la destrucción de los templos de la ciudad por iconoclastas cristianos, se construyó un poderoso monasterio.
Monedas de oro que datan del imperio Bizantino (siglo VII a.d) e islámico (siglo VIII a.d.) encontradas en Canopus. ©Franck Goddio/Hilti Foundation, foto: Christoph Gerigk.
A dos kilómetros al este del puerto moderno de Abukir, IEASM han identificado una zona que contiene numerosos restos arqueológicos, entre ellos algunos que claramente corresponden a los descubiertos por el príncipe Toussoun en 1933. Este sitio contiene una fila de ruinas de 150 metros de largo. Ejes rotos de columnas de granito rojo yacen junto a bloques de construcción de piedra caliza y otros elementos arquitectónicos. Los artefactos, que incluyen joyas, cruces, monedas y sellos del período bizantino, fueron encontrados por IEASM en el lugar. Al norte de estas estructuras, bajo casi dos metros de arena, se encontraron los cimientos bien conservados de una pared que mide 103 metros de largo. Este muro podría haber rodeado un templo, que a juzgar por su tamaño podría pertenecer al santuario egipcio más grande encontrado hasta ahora en la región.
También se encontraron piezas de granito con inscripciones de jeroglíficos. Resultaron ser partes de las Naos de las Décadas, una famosa capilla monolítica, partes de la cual ya habían sido encontradas bajo el agua en este lugar por el príncipe Toussoun en 1933. Otros fragmentos de estatuas encontrados en esta zona incluyen una extraordinaria cabeza de mármol del dios Serapis, que data de la época ptolemaica.
Me fascina la historia de la antigüedad y gracias a q hay personas como este señor y otros más, q se dedican a ello para mantener informada a la humanidad.👍😘😘😘😘😘😘