El solo hecho de saber que voy rumbo a mi estudio, ya me da felicidad. Llego, pongo música que me encanta y caliento todo el cuerpo, moviéndolo despacio, disfrutando cada estiramiento con mis alumnas.
Después trabajamos en aprender nuevos pasos e improvisar con ellos o en practicar las coreografías para nuestro festival.
Una de las satisfacciones más grandes es ver mis creaciones reflejadas en sus cuerpos, todos distintos, todos bellos.
Tres veces por semana tengo el placer de ver a mujeres moverse de las formas más sensuales posibles, de admirar su belleza pero, sobre todo, de ver los pequeños milagros que el poder de la danza árabe va obrando en ellas.
«La danza árabe empodera», dice mi amigo y derbakista Jorge Luis Morales. Es cierto; él también ha sido testigo de esas transformaciones. Al salón de clase llegan mujeres rotas, tristes, desilusionadas, inseguras… también otras alegres y con simples ganas de bailar y aprender, claro está.
No obstante para las primeras, poco a poco el conectar con su cuerpo, las endorfinas propias del ejercicio, el verse reflejadas en el espejo logrando cosas que antes les parecían imposibles, los movimientos que activan la energía kundalini, el centrarse aunque sea por una hora en el aquí y el ahora, y el dedicar su creatividad y energía a uno de sus nuevos pasatiempos, la danza, va sanándolas.
He visto a tantas mujeres florecer y renacer en mi salón de clases después de un invierno que las marchitó… alhamdulillah por permitirme presenciar el despertar de su diosa interior.
La danza árabe también obró milagros en mí. Me dio razones para reír y disfrutar, para crear, jugar, soñar y compartir con otras mujeres esta pasión. Me abrió una ventana a un mundo con una cultura y una música tan ancestral como Egipto, Babilonia y Fenicia. Y me permitió vivir la experiencia de dejar que la música rebote sobre mi cuerpo y me mueva.
– Giselle Habibi
hola giselle, no sabes lo emosionante que es para mi ver que hay personas como usted, que ama la musica arabe, para mi la danza arabe me cambia, me transporta, saca mi otro yo interior, y he estoy enseñando a varias personas esa danza que nos hace sentir hermosas y valoradas por lo que somos… espero seguir aprediendo de ti, me despido desde venezuela…