(For English, go to the bottom of the page)
Dentro de la danza árabe existe un estilo conocido como tribal americano (ATS por sus siglas en inglés). Es muy distinto del estilo clásico egipcio (elegante y de movimientos suaves y coquetos) y el cabaret libanés (energético y con movimientos rápidos y poderosos), no solo por el atuendo sino también porque se practica principalmente en improvisación grupal.
En este estilo, el uso de los crótalos es muy común, además de que los trajes y la música suelen incorporar elementos étnicos de distintos países, desde la India hasta las tribus del norte de África. Asimismo, se dice que este estilo de danza remonta sus orígenes a la tribu de las Ouled Nail. (* Para mayor información, favor de leer la nota al final de la entrevista en inglés).
Si en México existe alguien cuya vida entera ha sido una preparación para convertirse en una «líder tribal», esa es Elsanne Barrows. Como una de las dos profesoras de danza estilo tribal americano más importantes de México (la otra es Sharon Kerr), la historia de Elsanne está llena de magia y felices coincidencias.
Elsanne nació en Humboldt, California, en 1972, en el seno de una familia hippie.
¿Qué tipo de lugar es Humbold County, por qué llamas a tus padres “hippies” y cómo describirías tu infancia?
Humbold County es un lugar conocido por sus bosques majestuosos y su principal cosecha al por menor: la marihuana. Muchas personas con un estilo de vida alternativo viven en esta área, ubicada al norte de San Francisco, y mis padres tuvieron una vida típica de la época. Muchas de mis memorias de infancia incluyen a mis padres fumando marihuana, y durante muchos años lo hicieron de la misma manera que otras personas fuman cigarros en frente de sus hijos.
Asimismo, trabajaban con personas con retraso mental y su énfasis estaba en ayudar a otros antes que buscar riqueza material (un principio común en el movimiento hippie de la época), algo que fue básico en mi formación. Mi infancia fue idílica hasta que nos mudamos a Portland, Oregon cuando tenía siete años, y descubrí que los niños de la gran ciudad criticaban mucho más los Volkswagens raros de mi familia y mi guardarropa súper femenino. Fue un shock cultural.
En mi experiencia el efecto de la marihuana es de derribar prejuicios y abrir la mente.
¿Qué efecto crees que tuvo en ti el crecer en un ambiente así?
Atribuyo mi valentía, apertura e independencia para vivir en el extranjero y probar cosas nuevas a la manera en la que mis padres me criaron con sus valores y estilo de vida alternativo. Siempre me alentaron a viajar, probar nuevas experiencias y creer en mí misma. También creo que la marihuana es mucho menos devastadora para las familias y la salud que el alcohol, y sin embargo el alcohol es legal.
Cuando Elsanne tenía 21 años, luego de graduarse como maestra español, se incorporó al Cuerpo de Paz en una pequeña aldea en Guatemala llamada San Juan Chamelco. Fue durante esta época, en la que vivió sola y desconectada de la tecnología, que Elsanne tuvo la oportunidad de descubrir quién era en realidad.
¿Qué te llevó a Guatemala? ¿Cuánto tiempo estuviste en el país y cómo describirías tus sesiones vespertinas de danza en solitario?
Siempre quise formar parte del Cuerpo de Paz, y es un sueño que tuve por muchos años hasta que pude hacerlo realidad. El Cuerpo de Paz es una organización gubernamental que envía a voluntarios calificados a países emergentes para colaborar en proyectos ciudadanos de desarrollo. Como candidato, no sabes a dónde van a enviarte, y originalmente me habían dicho que iba a dar clases de inglés en Filipinas. Como una de mis fortalezas era hablar bien español, deseé que me enviaran a un país de habla hispana, y poco después se me presentó la oportunidad de ser asignada a Guatemala.
Después de tres meses de capacitación viajé a San Cristóbal Verapaz en Guatemala. Cuando llevaba dos meses en el lugar, una aldea minúscula en la que nunca pasaba nada, una mujer canadiense fue golpeada y linchada porque el pueblo pensaba que se había robado niños. El mito de que los estadounidenses se robaban niños para obtener partes de su cuerpo o para venderlos era común en la provincia guatemalteca en ese entonces. El incidente sin precedentes hizo que tres de nosotros fuéramos reasignados a otra aldea, en mi caso, a San Juan Chamelco. Los dos años que pasé en el lugar cambiaron mi vida.
Mi trabajo consistía en enseñar proyectos caseros de tipo económico a grupos de mujeres jóvenes de aldeas vecinas. Cuatro días a la semana, iba a pie a lugares en los que no se podía llegar en coche, aldeas que hablaban K’ekchi’ y en las que nadie poseía nada excepto chozas, lugares para cocinar al aire libre y pisos de tierra. Como no hablaban español, me ayudaba un intérprete. Esa experiencia cambió de una manera radical y positiva mi forma de pensar, mi mundo y mis valores. Me preguntaba cómo era posible que en el mismo mundo existieran centros comerciales y esta choza en la que aguardaba sentada a mi grupo, que era convocado mediante silbidos.
Me parecía imposible y decidí nunca formar parte del «sistema» en Estados Unidos, ni desperdiciar un solo segundo de mi valiosa vida en un empleo que sólo me gustará medianamente. El trabajo que hiciera a mi regreso tendría que ser significativo y siempre recuerdo a estas personas, con su estilo de vida, PORQUE vivimos de la forma en la que lo hacemos en el primer mundo.
Dedicaba buena parte de mis tardes a la creatividad, porque no tenía internet, ni teléfono ni televisión. Hacía velas, cosí un edredón, cocinaba, horneada pan y bailaba. Como tenía muchos ratos libres ponía cassettes que traje conmigo y bailaba estilo libre. Después de un rato de bailar me percataba de que me sentía en éxtasis, con la respiración agitada, el cabello al aire y todas las partes de mi cuerpo vivas y el movimiento, algo muy cercano a una experiencia que podría llamarse despertar espiritual. En virtud de que nunca había tenido una relación especialmente cercana con Dios o con una religión, ni una experiencia seria con la danza como disciplina, sentí que había descubierto el secreto, el GRAN SECRETO. Para mí, el acercamiento a Dios como fuente se logra a través de la danza.
Uno de los dos empleos que tuve cuando regresé a Estados Unidos fue como trabajadora social en el hospital local. Trabajaba con inmigrantes mexicanos y me aseguraba de que tuvieran los servicios que requerían. (Trabajaba con madres que acababan de dar a luz en el hospital). El otro empleo fue como profesora en una preparatoria privada, Spring Ridge Academy, un internado femenino terapéutico. En esa escuela di clases de español, danza, historia Estados Unidos e inglés. Me encantaban ambos trabajos, ya que incluían dar apoyo, organizar y establecer relaciones.
Después de su aventura en Guatemala Elsanne se mudó a Prescott, Arizona, en donde estudió danza moderna, improvisación de contacto, terapia de danza, danza árabe y bailes de salón. Fue en esta ciudad en la que conoció a su maestra de estilo tribal americano, Terri Walden.
¿Qué te inspiró de ella? ¿Qué puedes decirnos de Salamat Troupe?
Durante el tiempo que fui profesora de danza en la preparatoria sentí que quería obtener más experiencia en el aprendizaje formal de la danza, así que tomé todas las clases que había disponibles en Prescott. Me percaté de la seriedad con la que mis compañeras se tomaban la clase de danza moderna, con muy poca risa o alegría y sólo arduo trabajo. No había mucha camaradería y expresión en estas clases, como tampoco la vi en las clases de baile de salón, que tomé con mi entonces esposo. En el ámbito de la improvisación de contacto, las personas eran amigables, auténticas y abiertas, así que decidí concentrar mi energía en ella.
En mis primeras clases de danza estilo tribal americano con Terri experimenté: a) la manera en la que un cuerpo atlético no entiende bien los movimientos fluidos en un principio y b) el sentimiento de apoyo y comunidad en su clase. En mi primera clase, Shellece (la mano derecha de Terri y la mejor bailarina de la clase por mucho) me dijo: «Lo haces muy bien para hacer tu primera clase», lo cual me inspiró mucho. ¿Cuántas veces la mejor bailarina de la clase se toma la molestia de hacer un cumplido a una recién llegada? Nunca me imaginé que el estilo tribal que aprendí con Terri llegaría a significar tanto para mí. Entre otras cosas, batallé mucho con el ocho de cadera vertical, pero algo dentro de mí me decía que este movimiento era sagrado y parte de mi herencia como mujer saber cómo moverme de esta manera. Resoné con Terri pero no fue sino hasta que me mudé a México y le invité a venir para el primer festival Belibeya que nos volvimos amigas además de maestra y alumna. Ninguna de las dos se imaginaba la contribución que este primer año de mi participación esporádica en las clases haría a la danza en México.
(Nota de Elsanne: la primera presentación de ATS que vi fue impresionante, la joyería, los turbantes, las faldas, la transformación total de las bailarinas. «Son fabulosas… pero nunca bailaré esta danza, ni tengo deseos de hacerlo», pensé. ¡Ja! Ahora me río de percatarme cuán equivocada estaba y lo que el destino nos tiene reservado).
En 2001 se mudó a México para estudiar baile y ritmos latinos por seis semanas… y no se ha ido desde entonces.
¿Por qué decidiste quedarte en México?
Cuando viene, mi segunda visita larga, decidí participar en un retiro de improvisación de contacto y esa fue la razón por la que extendí mi estancia un poco más, y luego otro poco. Lo que no admití fue el papel que Viet, mi actual pareja y padre de mis hijas, ya desempeñaba en ese momento.
Elsanne empezó a dar clases de danza estilo tribal americano en San Miguel de Allende como profesora invitada de Esther James. En 2008, Elsanne abrió su propio estudio, Libélula, en donde ha dado clases a más de 100 alumnas y preparado a unas 68 profesoras de danza estilo tribal americano. «Maestrasl del Tribal», un curso de preparación para maestras de nueve meses de duración, inició este septiembre de 2012 para formar a la 10ª generación.
Asimismo, organiza un festival llamado Belibeya, en el que Terri Walden participará este año y que ya se encuentra en su séptima edición.
¿Qué festivales organizas Elsanne?
El primer intensivo de Belibeya fue en 2002. Mi objetivo entonces era continuar aprendiendo danza estilo tribal, porque tenía muy poco conocimiento así que utilizaba mis habilidades como maestra y las aplicaba a la información que tenía. Como ya era maestra de danza, no era difícil crear una clase dinámica, pero sabía que si quería avanzar necesitaría seguir actualizándome
Belibeya es el único festival dedicado a la improvisación de estilo tribal en grupo. Intento recrear el apoyo y la sensación de comunidad que experimente en mis clases con Terri, y generalmente ha creado muchas oportunidades para que las personas bailen juntas y apliquen lo que saben de ATS con otras bailarinas que tal vez no conozcan. Por ello, es único, ya que la mayoría de los festivales y seminarios están menos orientados a la comunidad y las personas que acuden generalmente no bailan juntas en ningún otro momento exceptuando las clases. San Miguel de Allende es un lugar propicio para encuentros mágicos. ¿Qué mejor lugar habría para un encuentro de danza?
Asimismo, Elsanne organiza seminarios con profesores internacionales, como Katrina Burda, y viaja para impartir clases, no sólo en México sino también en el extranjero.
¿En qué lugares has impartido seminarios, Elsanne?
En 2011 viajé a Corpus Christi, Texas; Buenos Aires, Argentina y Barcelona, España. En 2012 visité Medellín, Colombia.
El estilo ATS es distinto de la danza árabe. Fundada por Carolina Nericcio (FatChance BellyDance), es una danza de improvisación en grupo basada en códigos y señales compartidas por las bailarinas. De acuerdo con la página de Internet de Elsanne (http://libeluladanza.com/), el estilo tribal se basa en las danzas folclóricas y contemporáneas de oriente medio y la región del Mediterráneo, incluso en Norte de África. También se ha visto influido por las danzas de las provincias del este y norte de la India. Las presentaciones de este tipo de danza reflejan e insinúan elementos de las tribus gitanas y fusionan trajes técnicos para crear una fantasía de culturas exóticas.
Las poses apasionadas recuerdan al flamenco, mientras que la música, como los pasos, son de todas partes del mundo. El ATS es una mezcla creativa de estilos que evoca sentimientos de lugares exóticos y eras míticas. Los trajes están hechos de sedas bordadas a mano y lanas, joyería, monedas auténticas, y textiles Banjara, combinados para dar un efecto teatral. Los trajes ricos y coloridos aumentan el exotismo de las presentaciones de danza. El énfasis está en combinar la dignidad femenina, la sensualidad, la espiritualidad, la belleza y la fuerza.
El estilo tribal de belly dance no suele basarse en una coreografía sino en la improvisación. La bailarina guía, que se alterna a lo largo de la presentación, dirige a las otras bailarinas mediante señales visuales y verbales. Cuando un grupo cohesionado y experimentado baila con este estilo de improvisación, tanto las bailarinas como la audiencia disfrutan un excitante sentido de comunidad.
¿Qué sientes cuando bailas? ¿Cómo describirías la energía que se genera mientras bailas en un grupo de estilo tribal americano?
Cuando bailo las endorfinas empiezan a fluir como resultado del ejercicio. Cuando bailo improvisación tribal me conecto con mi ser más interior y con la divinidad, porque si lo que hago sólo está alimentado por mi ego, no va a llegar muy lejos. Esa burbuja se rompe fácilmente. En cambio si mi baile está conectado a Dios/a y su trabajo en esta Tierra, prácticamente no hay límites a los beneficios para mí misma y mis compañeras de danza. Cuando bailo improvisación tribal, me conecto con la energía del grupo para reconocer mis errores y recibir retroalimentación inmediata sobre mis decisiones dependiendo de la manera en la que impactan a los otros. Como práctica espiritual, la humildad se incorpora al tomar conciencia de mis acciones y responder a partir de ellas. Cuando recibo una sobredosis de ego, la meditación y la reflexión profunda utilizando todas mis herramientas de higiene mental me recuerdan que primero que nada soy una maestra, y luego una bailarina, al menos en el salón de baile.
Así que para resumir: si te ejercitas y mueves tu cuerpo de maneras antiguas y sagradas, conectada a tu yo superior y a Dios y en completa sintonía con tus compañeras de baile logras estar presente cien por ciento en el aquí y ahora. Conectada en todo nivel y en toda dirección, abierta, sonriendo y con tu esencia desplegada de manera sincera y jubilosa, es lo más cerca que he estado del nirvana en público.
Aunque no se mucho del estilo tribal americano, pienso que es muy evidente que ha ocurrido mucha magia en un vida desde que en decidiste dedicarte a este estilo de danza.
¿Qué milagros ha experimentado que atribuirías directamente a tu danza? Crees que el ATS tiene alguna propiedad mágica?
¡Gracias! Definitivamente hubo algunos años difíciles, tanto en términos económicos como emocionales, cuando mis hijas nacieron, en 2004 y 2006. Mi relación estaba mal, y no tenía mucho trabajo. Una vez que decidí que mi llamado era ser maestra y capacitadora de maestras, todo empezó a tener sentido y el trabajo empezó a fluir. En mi opinión la pedagogía y la educación siempre han sido un arte. Y a mí me gusta decir que mi escenario favorito es el salón de clases. Realmente me encanta enseñar, nunca me canso de ello. Me encanta la improvisación grupal de estilo tribal y tampoco me canso de ello nunca. Pienso que cuando amas tanto lo que haces, y también es una práctica espiritual, es completamente absorbente. Esta danza tiene todas las facetas de la vida para mí: social, espiritual y física, mucho más que cualquier otro estilo de danza. La veo como si fuera un estilo de vida, no como una escuela de baile en la que el estilo tribal es solamente otra opción disponible.
Elsanne, madre de dos preciosas hijas, es una mujer feliz y autorealizada que ha servido de inspiración a muchas bailarinas y bailarines de danza tribal.
¿Qué te inspira a seguir creando? ¿Qué es lo que más disfrutas de México?
México representa una experiencia a los sentidos para los estadounidenses: los mercados coloridos, la proximidad estimulante visceral con la vida y la muerte en lugar de la versión estadounidense «sanitizada» de la vida; y vivir en México incluye dosis diarias de realismo mágico y la vida en términos distintos a los conocidos. Es excitante en comparación con la predictibilidad paralizante. A veces es atemorizante, pero nunca le he tenido a la aventura. México es mi hogar ahora.
Lo que me inspira a seguir creando son mis alumnas. Cuando puedo impartir el amor y pasión por este estilo de danza a otra persona, y veo cómo se involucra y abro un espacio para la creatividad, todo mientras practico mi camino espiritual y disfruto del regalo de tener un cuerpo sano en la tierra, esto me inspira nuevamente.
¡Muchas gracias Elsanne y espero que en tu carrera como maestra de danza tribal sigas cosechando éxitos!
ATS chief Elsanne Barrows and the «big secret»
If you can think of someone whose entire life has been a preparation to become an “ATS chief”, that’s Elsanne Barrows. As one of the two most important American Tribal Style teachers in Mexico (being the other one Sharon Kerr), Elsanne’s story is full of magic and happy coincidences.
Elsanne was born to “hippie parents” in Humboldt County, California, in 1972.
What kind of a place is Humboldt County? Why do you call your parents hippie and how would you describe your childhood?
Humboldt County in California is well known for its majestic redwoods and its principal cash crop: marijuana. Many alternative-lifestyle people reside in the area far to the North of San Francisco and my parents were typical of the times. Many of my earliest childhood memories include my parents smoking marijuana, and for many years they did so as other people might smoke cigarettes in front of their children. Also, they worked with developmentally delayed, or mentally retarded, individuals and an emphasis on helping others before seeking material wealth (a common tenet among the hippie movement of the time) was basic in my upbringing. My childhood was rather idyllic until we moved to Portland, Oregon when I was seven years old and discovered that “big city” kids were a whole lot more critical of our funky family Volkswagens and my flower power wardrobe. It was a culture shock.
In my experience marihuana is a prejudice breaker that expands your horizons.
What effect do you think growing in such an environment had on you?
I absolutely attribute my courage, openness, and independence to live abroad and try new things to having been raised by my parents and their alternative lifestyle and values. I was always encouraged to travel, try new experiences, and believe in myself. I also believe marihuana is much less devastating to families and health than alcohol is, yet alcohol is legal.
When Elsanne was 21, after graduating as a Spanish teacher, she went with the Peace Corps to a small village in Guatemala called San Juan Chamelco. It was during this time, unplugged from technology and living on her own, that Elsanne had a chance to discover who she “really was”.
What led you to Guatemala? For how long did you stay there and how would you describe your afternoon dance sessions in solitary?
I had always wanted to join the Peace Corps, that dream I held onto for many years before realizing it. The Peace Corps is a government organization that sends qualified volunteers to developing countries to assist in grassroots development projects. As a candidate, you don’t know where you will be sent, and originally they had told me I was going to teach English in the Philippines. Knowing that one of my key strengths was fluent Spanish, I wished I would be sent to a Spanish-speaking country, and shortly after that a spot came open for me in Guatemala.
After three months of training, I went to the town of San Cristobal Verapaz, Guatemala. Two months into my stint there, in that tiny town where nothing ever happens, a Canadian woman was beat and eventually killed by a mass mob who somehow believed she had stolen children. The myth of Americans stealing children for body parts or for sale was prevalent in the countryside of Guatemala at the time and the unprecedented incident caused the three of us in the town to be reassigned to another town, in my case, San Juan Chamelco. Two years in that town were life-changing.
My job was to have groups of young women in neighboring villages (four of them, visited once per week) and teach them home economic type projects. Four days a week, I would set out on foot to these villages where cars couldn’t reach, K’ekchi’ speaking villages where no one had anything but huts, open cooking fires and dirt floors, and didn’t even speak Spanish (I used an interpreter). That experience blew my mind, blew my world and values all to shreds, in a very good way. I wondered how it was possible that Supermalls and this hut, where I sat on the only chair awaiting my group to be called from house to house via whistles could exist on the same planet. It seemed impossible and I resolved never to become part of “The System” in the States, not to waste one second of my valuable life working at a job I only sort of liked. The work I would do upon returning had to be meaningful and always remember these people, living this way, BECAUSE we live the way we do in the first world.
Afternoons, I spent a lot of time being creative, because I had no internet, phone, or TV (internet had only just been invented, and cell phones still but a dream, ‘93-‘95). I made candles, I sewed a quilt, I cooked food from scratch, baked breads, and danced. Because I had long stretches of time to do not much, I would put on the cassette tapes I had brought with me, and freestyle dance. After a while of dancing, I noticed I would feel ecstatic, breathing heavy, hair flying, all my parts alive and moving… and very very close to something I think would be called a spiritual awakening. Having never had a particularly close relationship to God or any religion, or any serious experience with Dance as a discipline, I felt like I had uncovered the secret… the BIG SECRET! Feeling close to God as Source, at least for me, is only a dance away.
The two jobs I held upon returning to the States were Social Worker at the local hospital, working with the Mexican immigrant population and making sure they had as many services as they needed (I worked with the new mothers who gave birth in the hospital), and then as a High School Teacher in a private school—Spring Ridge Academy, a therapeutic boarding school for girls. I taught Spanish, Dance, U.S. History, and English. Both jobs I loved with all my heart; both jobs included a lot of supporting and organizing and relating.
After her Guatemala adventure she moved to Prescott, Arizona, where she studied modern dance, contact improvisation, dance therapy, belly dance, and ballroom dances. In Prescott, she also worked as a Spanish and dance teacher for a teen girl school. It was over here that she met her teacher Terri Walden.
Why did she inspire you? What can you tell us about Salamat Troupe?
At the time, as a teacher of Dance at the high school, I felt like I wanted more experience in official dance classes, so I took every kind of dance class offered in Prescott. I noticed how seriously my fellow students took the Modern Dance class, with very little laughter or joy, just hard work. There wasn’t a great deal of camaraderie or expression in those classes nor in the ballroom dance classes, which I took with my then-husband. In the Contact Improvisation scene, people were friendly, authentic, and open, so I decided to put my energy there. In my first classes of Tribal Style Bellydance with Terri, I experienced: a) How an athletic body does not understand fluid movements well at first, and b) the sense of support and community in her class. In my very first class, Shellece (the right hand dancer to Terri and best in the class by far) said to me “You’re doing so great for this being your first class!” which really inspired me. How often does the best dancer in the class bother to compliment a newbie? I never imagined that Tribal Style Bellydance as I learned it with Terri would mean so much to me. Among other experiences, I struggled so much with the vertical hip figure of 8, but something inside me told me that this movement was sacred, and part of my inheritance as a woman to know how to move in this way. I resonated with Terri, but until I moved to Mexico and invited her down here for the first Belibeya did we truly bond in a teacher/student and friend way. Neither of us had any idea how that first year of my sporadic participation in classes would affect a dance movement in Mexico.
A side note: seeing my first performance was impressive, the jewelry, the turbans, the skirts, the total transformation of the dancers. “They are lovely… but I’ll never perform this dance, nor do I have any desire to”, thought I. HA! I have to laugh when I realize how wrong I was, and how destiny has other things in store for us!
In 2001, she came to Mexico to study Latin dance and rhythms for six weeks… and she hasn’t left ever since.
What made you decide to stay in Mexico?
When I first came down, the second time for an extended visit, I wanted to participate in a Contact Improvisation retreat and called that my reason for extending a little longer, and a little longer… what I didn’t admit to myself was the role that Viet, my current partner and the father of my children was playing already even then.
She started teaching American tribal style in San Miguel de Allende as a guest teacher in Esther James’ class. In 2008 Elsanne opened her own studio, Libelula, where she has taught over 100 students and prepared around 68 Tribal Style Bellydance teachers. “Maestras del Tribal” the 9-month-long Tribal teacher training, is beginning its 10th generation this September.
She also organizes a festival called Belibeya, in which Terri Walden headlines and this year is celebrating its 7th edition.
Could you please tell us about the events that you organize?
Belibeya, the first intensive, was in 2002. My objective at the time was to continue my education in Tribal Style as truly, I had very little knowledge of the style and was using my M.Ed. teacher skills as applied to the information I did have. Being a teacher already of dance, it wasn’t a stretch to create a dynamic class, but I did need regular infusions of learning if I was to advance.
Belibeya as it is now is the only festival truly dedicated to Tribal style group improvisation. I try to create the sense of support and community that I experienced in my classes with Terri, and generally create lots of opportunities for people to dance together and apply what they know of ATS with people they may not know. In this way, it is unique, as most festivals and seminars are less community-oriented and people who attend are certainly not dancing together at any point other than in the classes. San Miguel de Allende fosters magic, and magical encounters. Where better for an Encounter of Dance?
She also organizes seminars with international teachers, such as Katrina Burda, and travels around teaching, not only in Mexico but also abroad.
In which countries have you taught so far?
2011 took me to Corpus Christi, Texas; Buenos Aires, Argentina; and Barcelona, Spain. In 2012 I went to Medellin, Colombia.
ATS (American Tribal Style) style is different from belly dance. Founded by Carolena Nericcio (FatChance BellyDance), it is a group improvisation dance based on codes and signals shared by the dancers. According to Elsanne’s website (http://libeluladanza.com/), Tribal Style Bellydance finds its roots in folkloric and contemporary dances of the Middle East and Mediterranean Region, including Northern Africa. It is also influenced by provincial dances of Eastern and Northern India. The performance reflects and insinuates elements of tribes along the Gypsy Trail, fusing ethnic costuming to create a fantasy of exotic cultures.
The passionate turns and postures are reminiscent of Flamenco dancing while the music, like the steps, spans the globe. Tribal Style Bellydance is the creative blending of styles evoking feelings of exotic locales and mythical eras. The costumes are composed of hand-embroidered silks and woolens, authentic jewelry and coins, and Banjara textiles, expertly combined for theatrical effect. Rich and colorful costuming enhances the exotic presentation of the dance. The emphasis is one combining feminine dignity, sensuality, spirituality, beauty and strength.
Tribal Style Bellydance is not usually choreographed, but rather improvised. A lead dancer, who alternates throughout the performance, guides the other dancers through visual and verbal cues. When this style of improvisation is performed by a cohesive, experienced group, an exciting sense of community is enjoyed by the dancers as well as the audience.
What do you feel when you dance? How would you describe the energy that is generated while dancing in an ATS group?
When I dance, the endorphins start to flow as a result of the exercise. When I dance Tribal Improvisation, I am connected to my deepest self and to divinity, because if what I do is only fed by my ego, it’s not going to get very far. Such a bubble is easily popped. If my dance is connected to God/dess and his/her work on this earth, there is almost no limit to the benefits for myself and my fellow dancers. When I dance Tribal Improvisation, I am connected to the energy of the group: to acknowledge my errors and get immediate feedback on my decisions as they impact others. As a spiritual practice, humility is incorporated as I own up to my actions and respond for them. Whenever I get ego overdose, meditation and deep reflection using all my mental hygiene tools remind me that I am teacher first, and dancer second, at least in the classroom.
So to sum up: If you are exercising, moving your body in ancient and sacred ways, connected to your Highest Self and God, and completely in tune with your dancemates, you are absolutely present here and now. Connected on every level, in every direction. Open, smiling, your essence candidly and joyfully displayed, that is about as close to Nirvana as I have gotten in public.
Even though I don’t know anything about ATS, I think it is pretty evident that lots of magic have been happening in your life ever since you decided to dedicate your life to this dance style.
What miracles have you experienced that you would directly attribute to your dance? Do you think ATS has some sort of magical qualities?
Thank you! There were some definitely hard years, hard economically and emotionally, when my children were first born (2004 and 2006). My relationship was on the rocks, work was not plentiful. Once I decided that my calling was as a teacher and teacher trainer, everything made sense and work started to flow. Pedagogy and education have always been an Art in my opinion, and I like to say that my favorite stage is the classroom. I truly love teaching and never tire of it. I truly love Tribal Style Group Improvisation and never tire of it, either. I think when you love what you do so much, and it is also a spiritual practice, it is entirely absorbing. This dance has all the facets of life for me—social, spiritual, and physical, much more than just another style of dance. I think of this as a lifestyle—not like in a dance school, where “Tribal” is just another option on the menu.
Elsanne, a mother of two beautiful girls, is a happy and self-fulfilled woman who has served as inspiration to many tribal dancers.
What inspires you to keep creating? What do you enjoy the most about Mexico?
Mexico invites an experience of the senses to the foreigner from the States: colorful markets, stimulating and visceral proximity to life and death versus the sanitized version of life in the States, and living abroad in Mexico includes daily doses of magical realism and life on other terms besides the known. It is exciting, versus a numbing predictability. It’s at times frightening, but I have never shied away from adventure. Mexico is home, now.
What inspires me to keep creating are my students. When I can impart the love and passion for this dance form in another person, and watch her get really into it, and open a space for creative commons, all the while practicing my spiritual path and enjoying the gift of owning a healthy body on Earth, I am newly inspired, again.
Thank you very much Elsanne and I wish that your career as ATS teacher continues to be successful and fulfilling!
_______________________________________________________________
* Nota: Las Ouled Nail eran una tribu de bailarinas de Argelia que habitaban en el desierto de Erg. Aprendían a bailar desde muy pequeñas para poder abandonar el hogar a los doce años y convertirse en bailarinas nómadas, moviéndose entre oasis y ciudades acompañadas por mujeres que las guiaban. Este estilo de vida continuaba hasta que conseguían el dinero suficiente para su dote, y así poder reintegrarse a la familia como amas de casa o dedicarse a seguir guiando a otras ouled nail más jóvenes.
Su atuendo solía estar cargado de adornos, con grandes monedas y abundante joyería. Las monedas que utilizaban en sus atuendos demostraban sus logros. El estilo de danza de estas mujeres era muy terrenal, y estaba caracterizado por los shimmies de hombros y ondulaciones de vientre, así como los golpes fuertes de cadera.
Me encontre con esta pajina ya que buscaba por ocio el apellido de mi familia a la cual nunca eh conocido ya que vivo en Panama y pareciera ser que toda la Familia Barrows vive en EUA y me da gusto saber que hay mucho mas que solo un apellido hay personas talentosas con mismo apellido la verdad no se si eres familiar mio pero muchas felicidades pir ti me parece que haces una tremenda labor
Pingback: Danza Oriental en México | ESTUDIO GISELLE HABIBI